El odontopediatra es un profesional con dedicación exclusiva y formación específica para dar respuesta a los problemas de salud oral de los bebes y niños.
Aunque cualquier odontólogo puede atender a los más pequeños de la familia, los odontopediatras cuentan con titulación acreditada para tratar a los pacientes recién nacidos y niños. Tienen un amplio conocimiento en la dentición decidua, que se da en los primeros seis meses de vida, pudiendo detectar anomalías tempranas. Son expertos en las características anatómicas y fisiológicas de la dentición infantil.
Así mismo, están capacitados para orientar a los padres en la rutina de higiene diaria y cuidado bucodental individualizado. Para ello reciben capacitación especifica en lo relacionado al proceso de dentición de los niños y los correctos hábitos para la preservación de la dentadura.
Por otro lado, cabe destacar que disponen de las herramientas necesarias para tratar con los niños, ya que reciben formación integral en psicología infantil. Aprenden técnicas para abordar los temores de los niños, motivarles y darles seguridad, consiguiendo que sientan confianza hacia el dentista. Este último aspecto es muy importante para evitar traumas infantiles y hacer que acudir a la consulta dental sea una experiencia positiva.
La prevención es el mejor tratamiento. Por eso la sociedad española de odontopediatría (SEOP) aconseja que la primera visita al odontopediatra sea antes de los 6 meses de edad, aunque aparentemente no presenten ningún problema de salud oral. Esta revisión inicial debe incluir la evaluación de riesgo de caries, el examen de los tejidos blandos y duros, así como consejos de dieta e higiene bucodental.
Superada esta primera visita, la frecuencia de las revisiones debe mantenerse al menos una vez al año, ya que algunos hábitos nutricionales (lactancia materna, biberón…) y de conducta (chupete, chuparse el dedo…) pueden producir patología.
Los dientes temporales pueden sufrir caries, alteraciones congénitas y otros problemas, que en ocasiones, pueden pasar desapercibidos si no se realizan pruebas complementarias. Un correcto desarrollo bucofacial es fundamental en la salud general infantil. En ocasiones, las anomalías pueden observarse ya en el nacimiento; por lo que los padres deben revisar las bocas de sus hijos periódicamente.
Del mismo modo, con la erupción de los dientes definitivos, pueden aparecer alteraciones esqueléticas del desarrollo. Éstas deben tratarse de forma precoz, ya que pueden afectar a la estética facial y funcional.